Guinda
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La historia de Guinda comienza el 10 de junio de 2013, cuando nace esta perrita labradora de color negro, la más chiquitina de la camada y también la más avispada de los ocho hermanos.
Al poco tiempo de nacer se cruzó en nuestras vidas, cuando nosotras buscabamos una perrita y ella buscaba una familia, y desde ese momento afortunadamente, forma parte de la nuestra.
Poco a poco esta pequeña fué creciendo hasta convertirse en una perrita adulta de mirada angelical, que enamora por su dulzura y por su carita de buena.
¿Qué podemos contaros de Guinda?
Sus pasiones: comer, dormir y jugar... claro que sí, ¡como buena perrita que es!
Es la glotona número uno, y aunque cuida mucho su alimentación, alguna que otra golosina le cae, porque es tan buena y aplicada que se hace inevitable premiarla.
El yoghourt es una de sus comidas preferidas, y se toma uno casi a diario.
Le encanta la compañía perruna de todas la razas de perros, es supersociable, y aunque estea superentretenida jugando con otros perros, y divise otro perro que se acerque a lo lejos, corre a buscarlo para que se una al juego.
Hay que resaltar que aunque es más bien bajita, sus carreras son increíbles, y aunque en general todos los perros le gustan, jugar con los grandes le encanta, y ella corre como el que más y si alguno logra sobrepasarla, ella que es muy pilla,...lo agarra de la cola con la boca para alcanzarlo... ¡es genial!
Juega, juega y juega, y parece no cansarse nunca.
Le encanta nadar y chapotar en el agua, tanto sóla como acompañada de otros perros, y aprovecha cualquier fuente para mojarse. Los palos también son otro juguete importante para ella, da igual el tamaño, todos sirven como reclamo para que alguno de ellos la persiga e intente quitárselo.
Pero también le encanta el contacto con las personas, y tanto saluda a un anciano, como a un niño, es supercariñosa y busca caricias todo el rato....y con esa carita que pone, cualquiera dice que no.
Adora el contacto físico y le gusta dormir usando nuestro pié de almohada. Disfrutamos un montón de su compañía, y aunque dicen que las personas tendemos a humanizar a los perros, los perros nos humanizan.