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Estudio del Programa R.E.A.D.®

Con la colaboración de la Universidad
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Los animales en el proceso terapéutico de los niñ@s y su convivencia en el hogar

Los animales en el proceso terapéutico de los niñ@s y su convivencia en el hogar

Los animales en el proceso terapéutico de los niñ@s y su convivencia en el hogar

No es una novedad trabajar con animales en terapias infantiles, ni recomendar mascotas en el ámbito familiar donde se está realizando una intervención terapéutica con niños o niñas.

Los avances en terapia infantil utilizando mascotas apropiadas a cada caso, es importante y puede ser un complemento al resto de terapias seguidas con profesionales.

Así por ejemplo, la equinoterapia está funcionando muy bien con niños con enfermedades motoras de origen neurológico, así como con niños con síndromes con Down, donde la capacidad cognitiva y sensorial van muy ligados a su desarrollo y mejora del bienestar. Los procesos de socialización pueden mejorar ostensiblemente, con la combinación de terapias con animales – conejos, perros, patos… El cuidado temporal de mascotas, y el desarrollo de herramientas socializantes, de empatía y asertividad en menores, pueden aumentar con el contacto de perros, conejos u otras mascotas más adecuadas al proceso madurativo del menor.

Tenemos que tener muy en cuenta, que trabajar con mascotas no es una panacea, sino más bien un complemento y/o ayuda al resto de la terapia, donde se debe de tener en cuenta el modelo de la misma a seguir: conductual, gestáltica, psicoanalítica… No todos los procesos terapéuticos admiten trabajar con mascotas o animales preparados para ello.

Igualmente, al iniciar un proceso complementario con mascotas en terapia, tenemos que dar a entender tanto al niño o la niña como a sus progenitores, que no significa que se lleve a cabo una compra de una mascota para el ambiente familiar. Ya que, no es igual trabajar a tiempos concretos y específicos en un ambiente controlado por un profesional con una mascota, que introducir un animal directamente en el hogar donde se encuentra un o una menor con terapia. Se tiene que valorar muchas circunstancias para que no se perturbe la paz y las rutinas familiares, de manera que no se entorpezcan las relaciones de los miembros de la familia.

Como los especialistas recomiendan, la introducción de una mascota en el plano familiar, tiene que contar con el beneplácito de todos los miembros de la familia, para que se eviten situaciones de reproches, malestares entre determinados miembros de la familia, así como las competencias de las obligaciones que reporta un nuevo miembro de esas características dentro del hogar: lugar de estancia, alimentos, cuidados, paseos, baños, salidas vacacionales… Es importante destacar, que por muy beneficioso que sea la convivencia con una mascota en el hogar, las responsabilidades no se pueden eludir con el animal en cuestión, sea de la especie y raza que sea: perro, gato, canario, tortuga, conejo… Los padres y madres deben de entender que a un niño por debajo de los 12 años es difícil responsabilizarle de determinados cuidados que exigen estos animales de compañía, por lo que tendrán que asumir dichas rutinas hasta la total aceptación de las mismas por los menores de la casa y su compartición en las mismas a lo largo del tiempo.

En caso de estar decididos a compartir hogar con una mascota, se debe acudir a un profesional – veterinario-, para preguntar qué raza o tipo de mascota es más adecuada al hogar donde queremos convivir con ella. No siempre se reúnen las condiciones físicas o familiares para la mascota más deseada, y así evitaremos conflictos posteriores.

Podemos ayudarnos de fórmulas actuales para saber si convivir con mascotas es adecuado a nuestra rutina familiar: la adopción temporal desde asociaciones protectoras de animales y su posterior adopción definitiva, es una alternativa a tener en cuenta; así como la visita a dichas asociaciones donde valorarán nuestras circunstancias y explicarán desde su profesionalidad la idoneidad para tener una mascota en el hogar.

En cualquier caso, compartir nuestro tiempo con animales de compañía puede servir a todos los miembros de la familia a descubrir y desarrollar valores de convivencia que ayuden a la transmisión de buenos hábitos a los más pequeños de la casa.

Myriam Fernández es Directora de Fdez. Nevado & Asociados, Consultoría Integral para la Familia y la Infancia.

Puedes contactar con ella en mfnevado@yahoo.es.

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