Rumba es una perrita de 5 años, la cual llego a mi vida con dos meses para ser mi gran compañera de vida.

Es juguetona, cariñosa y muy alocada. Su gran obsesión es la comida, teniendo gustos de lo más dispares, desde la carne hasta la verdura y la fruta, pero su perdición es un churrusquito de pan.

Disfruta como la que más paseando por el campo y por la playa, siendo una gran forofa del agua. ¡Le encanta nadar, incluso bucear!

Pero sin duda lo que creo que más la caracteriza es su gran sensibilidad. Es sorprendente la capacidad que tiene para percibir cuando alguien no se encuentra en su mejor momento. Ella se acerca con mucha delicadeza, te besa y acompaña de una forma especial.

 Es una perrita que disfruta muchísimo de la compañía de las personas, necesita de su cariño y calor.

Juntas nos hemos formando en las Intervenciones Asistidas con Animales. Me ha enseñado tanto... a respetar los tiempos, a entender a cada uno como es, a saber esperar, a disfrutar del silencio, a entender que a veces la importancia está en los momentos en los que creemos que no pasa nada y en realidad está pasando tanto, a vivir el ahora, a no juzgar, a amar sin importar nada más y un largo etcétera que seguirá creciendo.

El trabajar diariamente juntas me ha dado la gran oportunidad de poder conocerla en profundidad y saber entendernos mejor.

Gracias a ello cada día descubro algo nuevo de ella que me enamora aún más. Siempre digo que es un diamante en bruto, alocada y bruta por fuera, pero con un corazón bondadoso y noble.