Perros y Letras® con la Dirección General
del Libro, del Cómic y de la Lectura

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desde enero hasta mayo de este curso
con nueve perros en bibliotecas

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Estudio del Programa R.E.A.D.®

Con la colaboración de la Universidad
Complutense de Madrid

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Vega

Vega

El 22-02-2022, en una fecha llena de “patitos” y después de luchar con todas tus fuerzas contra la enfermedad autoinmune que te arrancó de nuestro lado, te marchaste a jugar con ellos en el arco iris.

Aunque por el amor que te tenía y el respeto que merecías, sabía que había llegado el momento de dejarte partir, eso no impidió que mi corazón se quedase roto en mil pedazos y el dolor me inundase.

Tenías sólo ocho años.

Recuerdo como si fuese ayer el momento en el que escribí tu presentación. Las primeras frases decían:

“Me llamo Vega, como la estrella.

Nací en el año 2014 y soy una perrita de “raza única”, mezcla de Bretón Español y Grifón.

Vivía en un albergue a donde llegué muy malita, con mis ocho cachorritos recién nacidos, después de que nos hubieran tirado a un contenedor de basura.

Mis niños pronto encontraron familias que les quisieron. Yo no porque era mayor. Pero un día llegó Ana, que vio la bondad de mi mirada y me adoptó…”

Tu adopción marcó un antes y un después en mi vida. Contigo inicié una nueva vida profesional y sin duda tuve a la mejor compañera posible para ello.

Bondadosa, leal, generosa, con una capacidad extraordinaria para saber cómo ayudar, respetuosa, alegre, infatigable, juguetona, cariñosa, tierna y dulce. Maestra.

Irradiabas amor como la estrella que te daba nombre y no hubo persona que pasase a tu lado, que no se sintiese bañado por él.

Cuando te fuiste, mi niña bonita, la noticia de tu partida corrió como la pólvora y en las palabras que se dijeron sobre ti había una frase que se repetía: “Vega fue un ángel”

Pues sí, eso fuiste, un ángel que tocó nuestros corazones y que, como una estrella, sigue brillando con toda su fuerza en ellos.

Veguita, cuqui, podría seguir y seguir y seguir escribiendo sobre ti, de lo que te gustaba, de cómo sabías leer en el interior de las personas y darles lo que necesitaban, de la felicidad que dejabas a tu paso… del orgullo y admiración que sentía por ti.

Aunque aquí terminen mis palabras, no lo hará tu recuerdo porque tú eres Vega: La perrita nunca olvidada. La perrita querida para siempre.

Hasta el día que volvamos a estar juntas, mi pequeña.

Te quiero.

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